jueves, 30 de junio de 2011

Un México de Esperanza

Nos encontramos en un momento importante en la historia de México. En una lucha de intereses y de poder. En donde la carta del triunfo es el pueblo de México y al mismo tiempo los afectados directos de las decisiones del poder.

Si nos ponemos analizar, cada cien años en la historia de México ocurre un despertar en la mente de los mexicanos, una lucha de ideologías, de sueños, que nos lleva a que el país de un gran avance. Ocurrió hace doscientos años con el movimiento de Independencia y hace cien años con la revolución mexicana; que nos otorgaron libertad, tierra, trabajo, democracia, derechos, entre otros.

Sin embargo, ¿realmente tenemos que esperar a que transcurra un periodo tan largo para poder aprender y forjar un nuevo rumbo de México? o a caso tenemos que esperar a que surja un nuevo movimiento de lucha, ¿Por qué no empezar ahora para prepararnos y aprender de nuestros errores?.

Nuestra nación tiene una gran riqueza cultural, lo que nos muestra el gran valor y la gran identidad que forja a nuestra nación. Tenemos mexicanos realmente brillantes en todas las áreas, mexicanos capaces de competir con cualquier otra nación, pero carecemos de valor y confianza en nosotros mismos y en los demás.

Aprendamos de la historia, basta con analizar  a la Gran Tenochtitlan que deslumbro al propio Hernán Cortés, a los Mayas que deslumbran a extranjeros y nacionales aún en nuestros días. Ejemplos de cómo se podía vivir en orden, tranquilidad y al mismo tiempo con una gran riqueza cultural.

Claro que necesitamos crear vínculos con los demás países, pero sino conocemos quienes somos, como sabremos hacia donde vamos. Tenemos mucho que aportar, pero como hacerlo sino somos capaces de vivir en unidad.

Seamos valientes y aportemos nuestro granito de arena para hacer de este país algo mejor. Valientes como Benito Juárez que aunque pobre logro hacer grandes cambios a nuestro país ó como Francisco I. Madero que siendo rico arriesgo su vida para que hubiera en este país democracia.

Pero no es necesario utilizar la violencia para alzar nuestra voz. Existen otros medios y nosotros queremos ser parte de ello. Ya no estamos ciegos y podemos hacer de nuestro país, “Un México de Esperanza”.

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